PISO FLOTANTE

Vivir en una casa con piso de tablón, es cosa seria. Si usted baila o salta, se mueven todos los muebles y se caen los adornos. Cierto, linda la porquería entre rauli, el olmo y el no se cuanto. Se ve bonito cuando se encera aunque usted sepa que abajo hay sólo tierra. 


Pero lo peor de todo, es cuando Usted está media hora haciendo dormir al cabro chico, con cuentos y masajitos incluidos, y entonces cuando usted siente que su retoño duerme en el quinto sueño, con las piernas tullidas se endereza de esa postura poco sexy en la que se cuelga de la cuna, da algunos pasos sigilosos y llega a la umbral de la puerta casi a punto de cruzar la meta y entonces respira profundamente, siente que hizo la pega, y que aún le queda un poco de noche para hacer algo de eso que hacia cuando no tenía hijos.... 


Sigilosa aún pero más aliviada, Usted emprende pasos lentos hacia afuera y de pronto... Zas... Justo pisa ese tablón maricón que hace que toda la casa cruja en un estruendo ensordecedor que derrumba la paz del hogar y sus micro-proyectos autónomos antes de dormir. Un ruido de mierda que concluye justo con el llamado de fondo: "mamá”... 


Cagó tu noche, "gracias tablón maricón...", piensas y te devuelves a la pieza de la guagua pensando en el horrible pero silencioso piso flotante de los cuicos aspiracionales.


Diciembre de 2011

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Tres leones y un hombre desnudo. ¿Lo ven? No hay rejas que los separen. Se nos acabó la superioridad. Si hubieran tenido el instinto, lo hub...